viernes, 19 de enero de 2007

Judas

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“Estaba Jesús en el cielo reunido con todos sus discípulos, y se encontraban analizando la problemática de la droga en el mundo, y el modo en que ésta destruía la vida de muchas personas y familias. Pero como ellos nunca habían probado, no sabían realmente lo que producía. Fue así como Jesús decidió mandar a todos sus discípulos a distintas partes del mundo para que trajeran distintas clases de drogas y analizarlas...

El hijo de Dios pasó cinco días esperando. Finalmente, tocaron a su puerta.

Toc-toc-toc.

—¿Quién es? —preguntó Jesús.

—Soy Juan.

Jesús abre la puerta rápidamente y le dice:

—¿Qué trajiste, Juan?

—Cocaína de Colombia, maestro.

—Muy bien, pasá, dejala ahí.

Al rato, vuelve a sonar la puerta.

Toc-toc-toc.

—¿Quién es? —pregunta Jesús.

—Soy Pedro.

Jesús abre la puerta y le dice:

—¿Qué trajiste, Pedro?

—Marihuana de Jamaica, maestro.

—Muy bien, Pedro, pasá y dejala ahí...

Al rato, toc-toc-toc.

—¿Quién es? —pregunta Jesús.

—Soy Mateo.

Jesús abre la puerta y le dice:

—¿Qué trajiste, Mateo?

—Crack del Bronx, maestro.

—Muy bien, pasá y dejalo ahí...

Y así sucesivamente iban llegando los discípulos con heroína de Afganistán, anfetaminas de una farmacia, LSD de Holanda, éxtasis de Manchester, hachís de Marruecos, opio de China, ketamina de una veterinaria y cucumelo de Misiones. Sólo faltaba un discípulo. En eso se oyó la puerta:

Toc-toc-toc.

—¿Quién es? —pregunta Jesús.

—Soy yo, Judas.

—¿Qué trajiste, Judas?

—A la DEA, cabrones... ¡¡¡Todos contra la pared!!! Ese de barba es el jefe...

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